Van pasando los días y los meses y la relación se va estrechando más, hasta desembocar en una relación que va mas allá de la pura amistad. Vivimos en continentes diferentes y la distancia es grande pero con nuestro amor hacemos para que no parezca tanta.
Ha pasado el tiempo y al fin vamos a conocernos en persona, pero lo vamos a hacer de una forma muy especial.
Sólo nos conocemos por foto así que vamos a darle mas emoción al encuentro.
Te propongo que el encuentro sea en Venecia, tu viajarás desde tu país en un avión y yo en otro. Cada una elige su hotel sin desvelar el nombre así todo tendrá mas misterio y emoción.
Van a ser los carnavales de Venecia y nos tomamos una semana de vacaciones, viajamos, yo llego de día y tú por la tarde a la ciudad, ninguna de las dos ha estado antes y no la conocemos así que lo primero que hacemos es comprarnos un mapa, nos instalamos en nuestros respectivos hoteles el mismo día, sin saber donde está cada una.
Esa misma noche comienzas los famosos carnavales de las máscaras, yo ya me he comprado el disfraz y mi máscara, tú al llegar más tarde vas más apurada de tiempo pero consigues tu disfraz soñado.
Son las 9 de la noche, salgo del hotel y me dirijo a los canales en busca de una góndola que me lleve a la fiesta , tú por tu parte haces lo mismo, los canales están llenos de gente que se dirige a la fiesta que tiene lugar en un palacete del siglo XVIII blanco de estilo barroco, es precioso tiene una escalinata poderosa
y a la entrada hay una majestuosa lámpara de estilo francés plagada de cristales y bombillas.
Comienzan a servir el cocktail y los canapés, hay mucha gente que no se distinguen por las máscaras tú y yo estamos en el mismo lugar y nos tenemos que encontrar, no nos reconocemos porque la máscara lo impide tendremos que hacerlo por intuición y por lo que hemos compartido durante este tiempo, sin hablar sin tocar, tan solo por pálpitos.
Comienza el baile, hay una banda de música que empieza tocando un vals, y es cuando podemos tener la oportunidad de encontrarnos por primera vez, me voy fijando en toda la gente pero no consigo reconocerte, van pasando las horas, la música sigue pero ya no bailo me retiro a la barra me pido un Martini rojo preparado y es cuando alzo la vista y escucho en una esquina las risas de un grupo de gente y en medio una mujer alta con la melena negra y con un disfraz espectacular todo de color oro y en su muñeca izquierda una pulsera de tela morada, eres tu inconfundiblemente al fin te he encontrado y me dirijo hacia el grupo rodeándote sin que te des cuenta de mi presencia, en un instante giras tu rostro disfrazado nos miramos y me reconoces, nos quedamos paralizadas por unos instantes que se hacen eternos hasta que las dos al mismo tiempo vamos en busca de ese abrazo tan soñado que es nuestra recompensa mas valiosa después de tanto tiempo anhelando ese momento. el abrazo es intenso, cálido y lleno de amor, no nos podemos despegar es tanta la emoción que corre por dentro que esos instantes llenos de magia recompensan tanta distancia vivida. Te quitas tu máscara y me despojas de la mía queremos vernos, pones tus manos en mi rostro te acercas a mi boca y nos fundimos en el primer beso que nos damos cerrando los ojos, todo comienza a dar vueltas a nuestro alrededor es un momento tan mágico que los presentes nos rodean y comienzan a aplaudir acompañándonos en nuestro momento soñado.
Te cojo de la mano y nos retiramos a una esquina, comenzamos a hablar a contarnos como hemos vivido la fiesta quitándonos las palabras de la boca, nuestros ojos vidriosos reflejan toda la emoción de este encuentro que hemos querido que fuera tan especial.
La fiesta concluye y regresamos en la misma góndola, me propones ir a tu hotel y acepto sin pensarlo, el paseo se hace tan romántico que me apoyo sobre tu regazo y tu me abrazas con ternura, nos quedamos en silencio pues no hacen falta las palabras .
Llegamos a tu hotel que casualmente es el mismo que el mío, te lo digo y no te lo crees, comenzamos a reírnos sin parar, la vida es irónica, tú estás alojada en la habitación 77 y yo en la 88 hemos estado en la misma planta, subido y bajado el mismo ascensor y nos nos hemos cruzado ha tenido que ser en esa fiesta tan maravillosa donde nos hemos encontrado.
Llegamos a tu habitación, pedimos una botella de champagne francés, el camarero llega con su carrito nos lo sirve le das propina y se va poniendo el cartel de "NO MOLESTAR".
Nos acercamos a la ventana juntas y abrazadas brindamos mirándonos a los ojos con ese brillo especial que nos regala esta noche y nos fundimos en un beso muy intenso y apasionado, te retiro la copa de la mano y dejo la mía, te llevo de la mano hasta los pies de la cama acaricio tu rostro con el dorso de mi mano y cierras tus ojos, nuestros cuerpos temblorosos, nuestras ansias de sentir el calor de la piel es tan grande que comenzamos a desnudarnos, yo te despojo de tu disfraz y tú del mío a la vez, nos contemplamos la una a la otra mientras nos acariciamos con dulzura y con deseo te tumbo en la cama y mi boca busca la tuya nuestros labios se funden y nuestras lenguas comienzan a batallar sin rendición alguna, me abrazas a tus senos ardientes y en esos besos nos detenemos, hasta que mi mano va bajando por tu ombligo llegando a tu fruto prohibido, lo acaricio suavemente pasando por tus muslos que son como alas abiertas a una experiencia soñada, me dices excitada que haga lo que desee y es cuando mi boca comienza a saborear la miel de tu panal dulce, te sujeto las manos y te estremeces al sentir mi lengua tan vibrante y esponjosa que te lame entera, comienzas a gemir pausadamente hasta que le pongo más intensidad te mueves y es cuando pierdes casi el sentido por el placer excitante que te doy gimes sin parar y tus caderas no paran de moverse mientras hago que llegues al primer orgasmo de nuestra noche, me subes hacia ti y nos abrazamos entre temblores, te calmo susurrándote palabras de bellas de amor un te quiero y un te amo mi vida.
La noche continua con nuestros cuerpos ardientes entregándose al placer y al amor hasta el amanecer, donde amanecemos abrazadas y los rayos del sol que entran por la ventana comienzan a iluminar nuestros cuerpos aun templados por el candor del encuentro.
V.E.S
